martes, julio 11, 2006

i did it... maaaaaaaaai way


Imagino que ya no es novedad mostrar los ¿docenas? ¿cientos? de gifs de Zidane cabeceando a Materazzi porque, parafraseando a Bar deportes (de donde robé los links), ya deben estar hasta en la página del Vaticano. Este es mi favorito, por cierto.

Si bien lo de Zidane fue una pendejada para sus fines inmediatos (dejar -conscientemente- cojo al equipo cuando más lo necesitaba, hasta para tirar un penalti), a mí me emociona ver a un jugador con los suficientes cojones para partirle su madre a un italiano en la Gran Final Del Mundial nomás porque sí. Digo, en un Mundial tan sedado y sistematizado donde todos los equipos jugaron apostándole al buen funcionamiento defensivo, ver ese destello de espontaneidad fuera de libreto resulta, cuando menos, refrescante. Además, la acción del francés no hace más que confirmar la concepción de Zidane como un jugador con carácter y personalidad, de esos que tanto escasean actualmente.

Pero bien, irregular y todo, es una sensación incomparable sumergirse durante un cortísimo mes en esta parafernalia referente a todo lo futbolero, disfrutar de (algunos) buenos y (muchos) malos partidos siempre con las tripas en la garganta por el nerviosismo y la tensión que solo un Mundial brinda. No han pasado ni dos días completos que terminó y ya lo extraño (chale, ya no tengo motivos suficientemente convincentes para levantarme antes de las 2:00 pm). Nomás faltan tres años y once meses.

No hay comentarios.: