sábado, julio 29, 2006

Quizá estemos locos (probablemente)

Pues sí, como el siguiente post "formal" no será publicado hasta que empiece la semana, Rutilante technicolor presenta -en nuestra humilde opinión- el mejor sencillo de lo que va del 2006.


Gnarls Barkley - Crazy

Igual ya está medio choteadón, pero hasta hace poco escuché su disco St. Elsewhere. Resulta que Gnars Barkley es el proyecto colaborativo entre Danger Mouse (reconocido productor y DJ, que por cierto, programó buena parte del último disco de Gorillaz, Demon days) y un tal Cee Lo. La cosa es que el disco y su primer sencillo (Crazy) llegaron a la cima de las listas de popularidad británicas en base a pura distribución digital (por internet, pues). Mira nomás, qué interesante.
En fin, canción me parece buenísima y el video nada menos. Por cierto, otro sencillo del disco es un gran cover de Gone daddy gone de los Violent femmes (acá la interpretan en el programa de Jools Holland).

Pasando a otras cosas, en Stylus Magazine tienen una lista de los 100 mejores videos musicales hecha bastante minuciosamente (con links de Youtube incluidos, aunque algunos ya no funcionen), y con opciones bastante universalmente reconocidas (videos de Glazer, Gondry, Cunningham y similares abundan). Está muy completa pero precaución, puedes perder varias horas.

Pasando a temas futboleros (y después del contundente éxito del post del árbitro), en Desde la tribuna presentan un pintoresco montaje de caídas y balonazos al ritmo de Always look on the bright side of life.

Y por último, una inquietante animación (sí sigue siendo animación, ¿no?) del Museum of Media History (?) sobre algo que podría ser el dominio global Google en el 2015.

Y bueno, ya que por fin terminaron de estrenar en todos lados las "películas de verano" Superman y Los Piratas del Caribe, no se pierdan la próxima semana la mejor y más completa compilación de películas próximas a estrenarse -algunas más, algunas menos- que prometen mucho.

viernes, julio 28, 2006

danimix #11-15 (iii) o cómo Tom Waits tiene vello en el pecho

Después del avasallador éxito de mi post del árbitro chistoso, regresemos a la música.

ejem....

pues va.

Tom Waits - Jersey girl (Heart attack and vine, 1980)

Pues sí, Tom Waits podrá ser un hombresote, pero también tiene su corazoncito. Olvidemos por un momento que Bruce Springsteen le usurpó la canción (no es que lo culpemos) y las visiones sacrílegas de Ben Affleck y Jennifer López que Kevin Smith asoció con su nombre gracias a la película homónima (¡gracias!). Jersey Girl es, antes que nada, una canción de Tom Waits. Por mucho su canción más optimista e inofensiva. No es otra cosa que este borracho neoyorquino irredento hablando hablando de estar enamorado de su Nena de Nueva Jersey, lo bien que se siente estar enamorado de ella, que sabe que algún día aceptará su anillo, y cómo la va a llevar a la feria de Coney Island el sábado en la noche y se van a subir a todos los juegos. Pero por simple que parezca, es una de las canciones de amor más llegadoras que yo he escuchado. ¿Cómo se puede uno resistir a una voz como la de Tom Waits proclamando a los cuatro vientos que ama a su chica (shalalalalala)?

Lo chido es que cualquiera reconoce esta onda de enamoramiento idealizado, ya que tooooooodos hemos pasado por ahí. Sustituyendo Coney Island por Mundo divertido o lanchitas en el Parque de la Amistad (o su equivalente, pa' los foráneos).


Tom Waits - Goin' out west (Bone machine, 1992)

Ya con Jersey girl (y con Ruby's arms previamente) hablamos de Tom Waits en modo baladista, pero lo de Rain dogs para acá no tiene madre. Sobre todo Bone Machine. Esa metamorfosis de ebrio romántico de voz rasposa con su pianito y su gabardina a ebrio decadente de voz rasposa pegándole a sartenes gruñendo sobre el fin del mundo y proclamando que tiene vello en el pecho es nada menos que impresionante. Y no sólo cambió el look y la perspectiva, sino su repertoir y hasta cierto punto su sensibilidad. Digo, de repente nos sigue honrando con las baladitas, pero, por ejemplo, Goin' out west es la canción más, ejem, varonil que he oído. Obvio, ese era el chiste, pero esos gruñidos no dejan de darme cosquillas en lugares impropios.


I don't need no makeup, I got real scars.
I got hair on my chest, I look goooood without a shirt.


Brrrrrr... Pero bueno, no digo que todo el disco sea un viaje de testosterona rampante, sólo quería destacar ese giro a una personalidad musical mucho más agresiva y amenazante. Y pocas canciones tan amenazadoras como esta. Me imagino a un personaje como Marv de Sin city cantándola (y NO por el parecido físico, sino por lo emasculadoramente viril).

Ahora, vayamos al lado opuesto del espectro y, celebrando a la mejor voz chillona del mainstream, inauguremos la sección llamada La Ubicuidad de Thom Yorke.

Sparklehorse y Thom Yorke - Wish you were here (Essential interpretations, 1998)

En algún lado escuché que la voz de Thom Yorke en esta canción fue grabada a través de un teléfono. No sé, la verdad no me suena... Suena distante y como velada (velada como en "detrás de un velo"), lo cual contribuye con el sentimiento melancólico que ya de antemano tiene la canción. Y es que admitámoslo, difícilmente puedes chingar una canción que de entrada es tan buena como Wish you were here. Sparklehorse y Thom Yorke nomás la "actualizan"; muy bien, por cierto. Digo, nada nuevo, pero la interpretación un poco más sedada es tan dolorosa como la versión original de Pink Floyd. Tiene su encanto, cómo no.

Drugstore y Thom Yorke - El president (White magic for lovers, 1998)


Y siguiendo con las intervenciones inesperadas de Thom Yorke, acá canta con Drugstore sobre el golpe militar chileno de 1973, haciendo una velada (de nuevo) alusión a la intervención de la CIA en el evento (It came from the skies, it bursted through the gates). Según dicen. Pero sí, nunca había oído detenidamente la canción -es más fácil dejarse llevar por la embriagante melodía y las dulces vocalizaciones (aaahh)- pero evidentemente sí se refiere a eso (lo de la CIA). Lo que me confunde es el "ellos" (mataron al presidente) y el "yo" (tan sólo soy un hombre). En fin. Me disculparán los chilenos, pero fuera de alguna (que ni siquiera puedo recordar) de Los Tres, no conozco otra canción que se refiera directamente a este evento en específico, y como en realidad sí está muy buena, por lo menos como curiosidad no sobra.

Pero bueno, ya tendremos más entradas en La Ubicuidad de Thom Yorke (porque tan sólo es un hombre); ahora, demos paso a la sección Clásicos© De Ayer y Hoy, y así desafanamos de putazo tres rolitas que son de cajón.

Joe Cocker - With a little help from my friends (With a little help from my friends, 1969)

Psssss, Joe Cocker, por supuesto. Como a muchos otros integrantes de la Generación Y o Z o lo que sea, mi primer exposición a esta canción fue acompañando al pedantísimo voiceover de "Los años maravillos", que ponían los sábados a mediodía en la tele. Ni me gustaba el programa, pero la canción quedo grabada en subconsciente. Los años pasaron, el rock (léase rrrraawk) entró en mi vida, y como tarde o temprano Joe Cocker se iba a cruzar en mi camino, tras el flashback de nostalgia ajena apropiada pude escuchar algo más que los primeros treinta segundos de la canción, y fue descubrir una voz absolutamente diferente y con muchos más cojones de lo que uno, sensible puberto, estaba acostumbrado. Pero lo chingón es que ahora, con muchos más años de por medio, la canción no pierde fuerza, al contrario, mejora cada vez que se escucha; y aunque el señor nunca volvió a cantar con tantos tanates (o bueno, quizá lo hizo, pero nunca una canción tan buena), ahí queda With a little help from my friends como el testamento definitivo de la arrolladora intensidad de mi segundo J. Cocker favorito. Faltan muchos años para que haya una canción tan popular con una voz así.

Led Zeppelin - Stairway to heaven (Led Zeppelin IV, 1971)

El Clásico© más clásico© de los clásicos©. Ya me metí en camiseta de once varas; ¿qué carajos puedo decir de Stairway to heaven? Para no olvidar, puedo recordar un inolvidable (je) episodio de South Park...


... O lo de los conjuros infernales si la tocas al revés (¡un saludo para mi homie Sergio el bloggero!)

... O una lista de covers de la canción, que incluye uno de un tal Little Roger and the Goosebumps, donde cambia la letra por algo relacionado a la Isla de Gilligan. Ahem. Ah, y acá el video de otro cover de nuestro mejor ajonjolí de todos los moles, Frank Zappa.

... O un clip (de audio) de Robert Plant donde habla (entre otras cosas) de la canción, su concepción, y los mentados covers.

Pero bueno, el punto es que Stairway to heaven (juar juar) es para muchos la canción más grandiosa de la historia del rock, e independientemente de lo que yo (o tú, para el caso) opine de ella, su impacto y magnitud son francamente inconmesurable; es algo así como un ente que rebasa a sus creadores, convirtiéndose en un símbolo no de una generación, sino de toda una era y una manifestación artística que de algún modo desafió el status quo y terminó abanderando un aquí y un ahora. Pero bueno, lo chingón, y además de las docenas de interpretaciones (de la letra) que se puedan hacer, es que la conjunción de todos los elementos de la canción resultan en una resonancia impresionante, identificable para cualquiera. Un posmodenismo artístico canonizado, le llaman por acá.

Ya ni sé que estoy diciendo.


AC/DC - Highway to hell (Highway to hell, 1979)

Jo jo jo, qué listillo soy: de la escalera al cielo a la autopista al infierno (juro que no fue a propósito). Highway to hell es LA canción para escucharse a todo volumen, headbangeando (je), de preferencia en un carro (por lo de la carretera, pues). Además de lo infecciosa y decididamente Rocanrolera y Desmadrosa, con el tiempo se ha convertido en una especie de visión fantástica del mito del Rock en su acepción más umm.. roquera. Vivir rápido, morir joven. Igualito que yo. Pero sí, Highway to hell es algo así como un himno que representa esa figura de leyenda (otra vez la burra al trigo), interpretada por la encarnación del mito (al menos Bon Scott, que murió un año después de la canción -dice la leyenda- ahogado en su propio vómito, el tipo de fallecimiento más glamoroso del rock). Estoy consciente que es posible que en Rutilante technicolor nos pongamos medio mamoncitos con la música a veces (nótese el plural), pero nos suscribimos (al menos intermitentemente) a este estigma nihilista que acompaña al rock en su nivel más "esencial": Sexo drogas y rocanrol, y con rumbo a la fiesta más cabrona del mundo (es que mis amigos van a estar ahí).

Pero en fin, lo más probable es que ni me dejen entrar. Mejor hablemos de algo más cercano a nosotros bloggers: ¡Sexo con ancianos!

Pulp - Help the aged (This is hardcore, 1997)

Ya, lo prometo, la última en un buen rato de This is hardcore. Pero ahora que lo pienso, en realidad si puede tener que ver con lo que mencionaba de AC/DC. Como muchas canciones de Pulp, en el fondo Help the aged habla de la eventual extinción de todo lo que consideramos querido (es curioso como todo termina cayéndose), y tácitamente habla de (alerta de cliché) aprovechar y vivir el momento. Recalcando, también, que un anciano puede enseñarte cosas nuevas en la cama (aunque se vea medio tosco). Pero bueno, tiene más que ver con el miedo a envejecer y quedar solo que con vanagloriarse de la juventud (como All the young dudes o My generation). Eso es lo que más me gusta de Jarvis Cocker y Pulp (y que se me hace que me estoy proyectando), esa aplastadora inseguridad e incertidumbre.

Help da muthafuckin aged, por cierto.


Red hot chili peppers - Higher ground (Mother's milk, 1989)

Por mucho, mi canción favorita de los Chili Peppers (original de Esteban Maravilla) de su era predominantemente funky (y roquera y desmadrosa y blablabla). Lo curioso es que habla de algo así como tratar de ser mejor en todo lo que uno hace y de un rollo espiritual relacionado con la reencarnación (qué tal para dar un giro). Hay de todo en los caminos del señor, eso que ni qué.

Aterciopelados - Juégale, apuéstale (Tributo a Queen, 1996)

Pero de todas las canciones alivianadas y buena onda, Play the game de Queen se lleva el pastel. Y la versión desquiciadamente alivianada de los Aterciopelados da en el clavo. Cuánto amor por todos lados. Casi pareciera que es original suya. Pero bueno, ese es el encanto de estos weyes. Es uno de los covers más *apropiados* (digamos) que existan. En fin, es una canción preciosa (y una versión aún mejor), pero no hay mucho que ver por acá. Avanzando…

Moby - Honey (Play, 1999)

Ah, qué coincidencia. El pelón "espiritual" y vegetariano más querido por todos. Recuerdo el putazo que era por pimera vez darle play a Play (jojojo) y escuchar esta cosa extrañísima que es Honey. Digo, nadie está libre de tener influencias, pero que me parta un rayo si yo había escuchado algo remotamente similar a esto. Y pues sí, especialistas podrán identificar mil géneros ahí metidos, pero la frescura que Moby le imprime a toda su música (haciéndola distintivamente suya) hace parecer que encontró el hilo negro. Es un viajesote oírlo en vivo, por cierto.

when my honey comes back, sometimes
i'm gonna rap that jack, sometimes
get a hump in my back, sometimes
i'm going over here, sometimes

(¡ya mero acabamos!)

Café Tacuba y David Byrne - Yolanda Niguas (Red hot + latin: silencio = muerte, 1997)

Esta es todo un mexican curios. ¡Café tacuba y David Byrne! La pareja perfecta. Y no defraudan. Otra canción extrañísima, que viene siendo como una regresión (muy disfrutable) al primer disco de Café tacuba.

My only friend is el reventón!

No tengo ni puta idea de qué esté hablando esta gente, creo que tiene que ver con el miedo a que te agarren robando y con la razón por la cual they like el despapaye. Toda una excentricidad que de alguna manera tiene sentido al final.


Frank Zappa - Bobby Brown (Sheik Yerbouti, 1979)

Y por último, el excéntrico de los excéntricos cantando sobre el sueño americano.

Rápido un resumen: Zappa es Bobby Brown, el chico más guapo de la ciudad, con dientes blancos y un carro deslumbrante, que hace que las porristas le hagan la tarea para luego -quizá- violarlas. Un hijoputa guapo, que va a obtener un buen trabajo y ser muy rico. Pero luego llegó la "liberación femenina", y hombre, he de decirte, Bobby no estaba listo, hasta que se cogió una lebiana llamada Freddy.

Por alguna razón que no me queda del todo clara, le acabó cortando las bolas, pero dejó la verga, y suponemos que sigue conectada pero se dispara muy rápido. Lo bueno es que Bobby es el sueño americano, aunque ahora huele a vaselina y no sepa bien si es un chico o una dama (me pregunto...). Entonces Bobby, que ya agita la feria pero sigue siendo medio guapillo, obtuvo un trabajo haciendo promos en la radio (y ninguno de los jockeys se ha dado cuenta que es puto).

Eventualmente, Bobby y un amigo como que se dejaron llevar a sadomasoquismo; ya aguanta como una hora en la "torre de poder" (sea lo que sea que eso sea), mientras le toque un pequeño "baño dorado" (ese sí saben qué es, marranos). Pero oh, Dios mío, Bobby ES el sueño americano (con un "spindle" en el culo hasta que lo haga gritar); y haría lo que fuera por lograrlo, incluso pasaría (hipotéticamente) noches enteras diciendo "gracias, Fred". Pero oh, Dios mío, es tan fantástico (¡gracias a Freddy, Bobby es sexualmente espástico), y su nombre es Bobby Brown. Y su nombre es Bobby Browwwwwwwn.

Sin comentarios.

jueves, julio 27, 2006

miércoles, julio 26, 2006

Rooney on the rampage

Gracias a Dios por Bar Deportes. Como ya lo de Zidane está muy quemado, yo prefiero recordar el Rooney-Ronaldo affaire. Esto está buenísimo, es un jueguito donde eres Rooney y tienes que correr por el campo dando cabezazos a todo mundo hasta meter a Ronaldo en la portería.
No pude evitar compartirlo.

Rooney on the rampage

martes, julio 25, 2006

lunes, julio 24, 2006

kiss kiss, bang bang

Hagamos una pausa con la música porque quiero recomendar una película. "Entre besos y tiros" (je) es un film noir moderno, no muy distante de su prima británica Lock stock and two smoking barrels, pero con un humor más Hollywood (porque se desarrolla en Los Ángeles, no por simplón) y personajes que vomitan one-liners y líneas tan pero tan cool que se termina contagiando, todo dentro de historias tipo Raymond Chandler (a quien la película referencia en el nombre de los capítulos que la componen).

El chiste de la película es la manera que juega con las reglas del género para terminar siendo una consumada película de género que se burla de sí misma y de su estilo. Una pretensión más que evidente, ya que su protagonista es el narrador y le habla al espectador directamente, en segunda persona, en repetidas ocasiones. Incluso, desde ahí recoge las convenciones de género que retoma como tal, pero con una frescura que podría hacer pensar que nunca se habían realizado antes.

Este narrador y personaje central, Harry Lockhart interpretado de la manera más cool (insisto) por Robert Downey Jr. es el eterno perdedor adorable con mala suerte y con una labia impresionante. Su contraparte es "Gay Perry" (jojojo) (Val Kilmer perfecto), un durísimo (jojojo de nuevo) detective privado homosexual, y juntos deben resolver dos misterios que se convierten en uno para resolver el caso, a lo largo del cual ocurren muchos, muchos asesinatos, ejecuciones accidentales, conspiraciones, persecuciones, sexo, identidades falsas, dedos cercenados, homoeroticismo, y todo lo que nos podemos esperar de una película así.


De entrada la película deja claras sus intenciones meta (uyuyuy) con las menciones de las historietas pulp por parte de los personajes, asumiéndolas como ficción pero tácitamente convencidos que a partir de ellas están creando su historia, lo cual pone al espectador en una posición muy cómoda, ya que está consciente de este doble discurso y sabe qué esperar de la película, que incidentemente no decepciona.

Ahora, estos ingredientes podrían completar simplemente una reflexiva película de género buena sólo para analizar en ese sentido (lo reflexivo), pero Kiss kiss bang bang termina siendo enormemente gratificante, gracias a secuencias de acción muy divertidas, que van de lo sorpresivo a lo grotesco a lo imposible y de vuelta. O ssea que funciona también como divertimento. Pero lo mejor, lo mejor de la película es el guión, de una gran agilidad y fuerza, lleno de referencias a la cultura pop (que no suenan a Tarantino, de verdad) y a la identidad mitificada y decadente de Hollywood. Unas horas después de verla, me engrané en imdb con las citas y caí en la cuenta de los verdaderamente geniales de los chistes. Mi línea favorita es (intraducible, lo siento):

"Why in pluperfect hell did you pee on the corpse?"
...

Cualquier película que logre que una línea semejante encaje en su argumento merece mi admiración. Pero además, las interpretaciones de Downey y Kilmer son exactas, sobre todo en la entrega de estos chistes y en la química de su interacción. Cuando un guión está escrito de una manera tan ágil y filosa (a la David Mamet, pues), sin los actores apropiados se viene para abajo (pregúntenle a Mamet). Pero los dos (no puedo destacar a uno sobre el otro) son increíbles, y terminan dando de esas actuaciones que son dignas de muchísimo reconocimiento pero que usualmente no lo reciben. Inclusive la casi famosa Michelle Monaghan es muy buena en un personaje más como de accesorio, pero con un peso específico muy importante y sí, también muy rápida y eficiente en su timing cómico.

La película es la primera que dirige Shane Black, guionista de clásicos (ejem) como Arma Letal, Last action hero (con Ah-nuld), y The last boy scout. Digo, de entrada no suena muy atractivo, pero Black demuestra una intuición muy buena (que a mi me recuerda a Guy Ritchie en sus buenos días) para fusionar la comedia y la acción en un producto final muy estilizado y pulcro. Hasta me dieron ganas de ver Alma letal. Pero bueno, si a este hombre le debemos el "subgénero" de las "buddy cop movies" (o más bien, el sketch alargado en filme que muestra flagrantemente la falta de ideas de Hollywood), me da gusto ver que él mismo le puede dar un giro tan refrescante y sí, cool. Muy, muy cool.

danimix #11-15 (ii)

Babasónicos - Viva Satana! (Dopádromo, 1995)



Cómo no mencionar Viva Satana!, una de las mejores canciones de los Babasónicos de antes de hacerse hipsters (jojojo). Aclaro, me siguen gustando (y mucho) pero ciertamente extraños sus historias de renegados como de western. Acá el chiste es el homenaje a Tura Satana, musa (!) del dios del cine b, Russ Meyer. Chale, si algún objeto extraño haber extraviado es mi copia en VHS de Faster pussycat, kill, kill! Pero en fin, estos personajes irredentos de los Babásonicos son de las mejores creaciones (en términos de letras) de los argentinos (de quienes dicen ya hablan como chilangos), además de la arrebatadora instrumentación (con cuerdas y todo). Aparte de haber captado ferpectamente la esencia de estas creaciones eminentemente cinemáticas, los Babasónicos le agregan un ingrediente de peligro y de drama que las hacen verdaderamente memorables, como obras de arte compactas en su grandeza. (uyuyuy). Ojo con el video, repleto de coolness retro, sexo, violencia y, por supuesto, exuberantes mujeres.

Fiona Apple - A mistake (When the pawn..., 1999)

Aunque disfrute todo (o casi todo) lo que saque Fiona Apple, su primer disco no se compara con When the pawn... En mi humilde opinión es un disco espectacular. Y A mistake me gusta especialmente porque para mí es como la canción estandarte del disco, con la que voltea una página en su estilo y se va por un sonido si no más arriesgado, sí más personal y distintivo. Y ese es el chiste de la canción, que en ella se pregunta por qué tener miedo a equivocarse y a salirse de la vereda. A mí me encanta. Me parece una canción (y un disco en general) muy honesto, muy sentido, y sobre todo muy disfrutable. Para los que no se la saben, el nombre completo del disco es "When the Pawn Hits the Conflicts He Thinks like a King What He Knows Throws the Blows When He Goes to the Fight And He'll Win the Whole Thing 'Fore He Enters the Ring There's No Body to Batter When Your Mind Is Your Might So When You Go Solo, You Hold Your Own Hand And Remember That Depth Is the Greatest of Heights And If You Know Where You Stand, Then You Know Where to Land And If You Fall It Won't Matter, Cuz You'll Know That You're Right".

Totalmente de acuerdo.

Radio futura - Annabel Lee (Rarezas, 1992)

Hombre, que se me pasaba esta. Basada en el poema de Edgar Allan Poe, es el lamento de un hombre que llora el deceso de su amante, y la versión de Radio futura es casi una transcripción textual del poema original; de hecho es algo así como Juan Perro canalizando a Poe, porque pareciera que desde su origen la canción debía ser interpretada así. Exactamente así, como ESTA versión, en vivo. Verdaderamente evoca ese feel de tristeza desbordante.

No luce la luna sin traérmela en sueños, ni brilla una estrella sin que vea sus ojos...
y así paso la noche acostado con ella, mi querida hermosa mi vida mi esposa...
En aquel sepulcro junto al mar... en su tumba junto al mar ruidoso... ooooooooooooooaaaaaaaaaa


El aullido me mata. Tremendo vozarrón de Juan Perro. Uy, y el solo de guitarra. M e m u e r o
Pero bueno, ayuda mucho el texto, pero esas sí son ligas mayores. Lo admirable es lo bien que les salió. En youtube tienen la versión original, la versión un poco más lenta (y menos desgarradora) de La canción de Juan Perro, pero insisto, la chida es en vivo, en Memoria del porvenir, la compilación.

Beastie boys - Alive (Sounds of science, 1999)

Uno de los temas más ¿serios? de los Beastie boys (a veces un poquito de más), pero también de los más sabrosos. Independientemente de la exploración musical característica del trío, es innegable que hacen música extremadamente pegajosa y gratificante. Acá es un rap (o hip hop, lo que sea) más o menos sencillo en cuanto a que el beat no se detiene más que una vez, cosa inusual en los Beastie boys. Ningun experimento aural ni pretensiones rebuscadas aquí, lo cual a mí me parece muy gratificante (algunas veces menos es más, hasta con los Beastie boys). La bronca es que Alive es de su época menos lúdica, cuando querían salvar al mundo, lo cual no está mal, no me malentiendan, sólo que esa solemnidad hasta cierto punto se siente (más cuando tienes un acto tan "no serio" como los chicos bestiales). Como sea, es extremadamente contagiosa. Para compensar, por acá tienen un remix de Moby.


Los Rodríguez - Sin documentos (Sin documentos, 1993)

Ya que estamos con los ibéricos (en parte al menos), saco la canción más famosa de Los Rodríguez a colación también en parte por que he estado oyendo la predecible versión que Julieta Venegas hizo en su reciente disco. Ahora escucho la versión de Los Rodríguez y me hierve la sangre de la emoción que le ponen estos tipos (ay quiero ser el único que te muerda la boca...). El sonido ¿flamenco? (disculpen la ignorancia) fusionado con esa intensidad roquera (a huevo) la hace tan idiosincrática como universal.


Belle and Sebastian - The boy with the arab strap (The boy with the arab strap, 1998)

Hubo un tiempo que ésta era mi canción favorita de Belle and Sebastian. Ahora amo demasiado demasiadas canciones de Belle and Sebastian como para declarar alguna como mi favorita, pero durante aquel tiempo, incluso era mi canción favorita de todas las canciones que conocía. Y fue la canción que me introdujo a estos escoceses, que actualmente siguen siendo de esos grupos que no fallan en llegarme directito al corazón SIEMPRE. Lo siento pero no son sólo empalagosos, hay un gran sentido musical en sus canciones, y tampoco es como que se estuvieran repitiendo: su último disco coquetea hasta con el glam. El punto es que The boy with the arab strap me parece representativa de todo lo chingón que tienen estos tipos. De entrada es medio desconcertante, sonaría hasta plana quizás, pero cuando dejas entrar a la melodía no te la puedes despegar y terminas amándola. Digo yo, al menos. Y aquí pintan un cuadrote lleno de imágenes tan aleatorias e inusuales como conmovedoras, y al fin de cuentas, lo que parece una inocua canción pop termina siendo un artesanal viaje lírico y emotivo. Amo esta canción.

Para rematar, "arab strap" es un anillo fálico utilizado como artefacto sexual (!). También es el nombre de otra banda escocesa contemporánea, así que ahí puedes inferir lo que quieras. Y por cierto, acá el video de Belle and Sebastian en Coachella 2002 interpretando esta mera canción, tal como aparece en el "documental" Fans only.

Beatles - I am the walrus (Magical mystery tour, 1967)

Mierda, con las canciones de los Beatles prefiero no meterme porque ahí sí me comen los fanáticos... y un poco justificadamente, viendo que en realidad nunca me he engranado demasiado con el cuarteto de Liverpool. Además, qué se puede decir de los Beatles que no se haya dicho MILLONES de veces antes. Ahí sí no tiene caso, la verdad. Pero tenía que ennumerar también a I am the walrus, quizá mi canción favorita de mi disco favorito de mi etapa favorita de los Bitles. Y como la verdad no me voy a poner a hacer un sesudo análisis de la letra y los cientos de interpretaciones e imágenes que se desprenden de ella, mejor nomás la voy a recordar como una genial e inigualable creación surreal producto de su tiempo y de su lugar, y ennumerar mis tres covers favoritos de ella:

(en cuenta regresiva, por supuesto)
3. Frank Zappa, en vivo, con soniditos chistosos y toda la cosa.
2. Oingo Boingo, con la versión más roquera
1. Pero definitivamente, Jim Carrey se la rifa eyaculando (ejem, figurativamente) sobre una "pieza de arte atemporal" (así la llama él), grabando (bajo la producción de George Martin) la versión más electrizante y violenta de la composición Lennon/McCartney.


Hedwig and the angry inch - The origin of love (Hedwig and the angry inch, 2001)

Otra monumental canción de una monumental película. Basada en el Simposio de Platón, que explica, evidentemente, el origen del amor mediante una especie de fábula demasiado bella como para repetir aquí, The origin of love es *quizá* el momento más absolutamente brillante y espectacular del repertorio Mitchell/Trask que compone las canciones de la película. Y, a diferencia de otras canciones culminantes de la obra, The origin of love se sostiene por sí solo y es posible de disfrutar en toda su plenitud sin necesidad de conocer su contexto; incluso aparece en los primeros 20 minutos de la cinta y carga con un punch emocional que la mayoría de las películas difícilmente alcanzan. Honestamente, esta es una de esas piezas de arte cuya belleza me rebasa y siento que no le hago justicia al hablar de ella. Quizá sea por mi vínculo emocional tan fuerte con Hedwig, pero no conozco a nadie que no se enamore de esta canción al escucharla/verla con atención. De verdad es otro nivel, yo digo.



Hay por ahí un cóver buenísimo de Rufus Wainwright, por cierto.

Ben folds five - She don't use jelly (Lounge-a-palooza, 1997)

Una de mis canciones favoritas de los noventa (original de los Flaming lips) interpretada en versión lounge, como de jingle, por Ben Folds five, de manera por demás divertida. En realidad no se me ocurre nada más que decir sobre la canción, pero qué tanto se puede decir de una canción con una letra tan "autoexplicativa" que entre otras joyitas dice:
"Conozco a un tipo que piensa en fantasmas... Y cuando está en casa se suena la nariz... Pero no usa pañuelos, ni su manga; no usa servilletas ni nada de eso. Utiliza reviiiiiiiiiiiiistas... Reviiiiiiiiiiistas...."
Y así.

Y ya que estamos en esto, aprovecho para mencionar...

Ben folds five - Army (The unauthorized biography of Renhold Messner, 1999)

Army es la mejor canción (o bueno, una de las mejores) de Ben Folds five como grupo (quiero decir, antes que Ben Folds se embarcara en su carrera en solitario) porque representa exactamente el estilo que el grupo se forjó para sí mismo, en varios niveles. De un lado, musicalmente tiene mucho que ver con ese "punk para maricas" muy energético pero con ese sonido distintivo medio tirándole a jazz (que acá desemboca en algo así como big band) que da la predominancia del piano; y por otro, la punzante inteligencia de las letras de Folds, llenas de humor autodespreciativo y una melancolía extraña que convergen de maneras inesperadas.

Angelo Badalamenti - Laurens walking (The Straight story, 1999)

No son muchas las ocasiones que incorporo piezas musicales de scores de películas por acá (instrumentales, al menos), pero esta de Badalamenti en Una historia sencilla me parte el corazón. De inicio, por tratarse película más sencilla o simple o "recta" de David Lynch, donde sorpresivamente manifiesta una sensibilidad conmovedora en la historia de un hombre octogenario que decide emprender un viaje en busca de su hermano (con quien está enemistado) a bordo de una podadora. Una road movie en el más amplio sentido del término, llena de descubrimientos y encuentros tan breves como significativos. Aaargh, y la última escena. Me da escalofríos.
Pero el punto es que para una película tan desprovista de pretensiones, tan sencilla, Badalamenti crea un score absolutamente evocativo, visual, y sí, sencillo, minimal. Tiene este feel rural que complementa perfecto a la bellísima fotografía como de pintura, de manera muy evocativa y al final de cuentas conmovedora.


Squirrel nut zippers - Hell (Hot, 1997)

Igual sea cierto de los Squirrel nut zippers como one-hit-wonders, pero que me parta un rayo si su disco Hot no es riquísimo. También igual y sí resultaban algo estudiados, o parecían nomás un divertimiento o hasta una mera curiosidad, pero son un grupo que estuvo en el lugar indicado en el momento indicado. Y siempre se agradecen este tipo de actos de revival (en este caso del swing), y más cuando, al menos en un nivel musical, sus interpretaciones son excelentes. Lo de Hell se convirtió en un lugar común pero pocos lugares comunes tan chidos como lo de D and the A and the M and the N and the A and the T and the I O N...


jueves, julio 20, 2006

danimix #11-15 (i)

Bueno, por petición popular (ja), regresemos con la música. Es difícil esta super regresión porque muchas son canciones que me fascinaban hace unos años pero hoy ya no me pegan igual, quizá porque ya estoy más acostumbrado a ellas. Entonces, tienen que salir Los Clásicos®, que a la mayoría nos han vuelto locos en algún momento pero hoy son más lugar común que otra cosa. Pero por lo regular Los Clásicos® se han ganado la etiqueta por méritos propios, entonces nunca está de más recordarlos (aunque sea nada más un pretexto para oírlos una vez más). Sale.

Fito Páez - Al lado del camino (Abre, 2000)



Uf. Chingado, qué puedo decir. Posiblemente la mejor canción por sí sola del rock en español (sea lo que sea que eso signifique) en los últimos diez años. Se necesitan muchos huevos para hacer una canción tan dolorosamente personal (algo que Fito ya había hecho anteriormente más de una vez), mucha habilidad lírica para hacerla tan lúcida y serena, y mucha seguridad para cantarla con tanto aplomo y certeza. Impactante, digo yo.

Yooooo era un pibe triste y encantado, de beatles, cañalegui y maravillas... Los libros las canciones y los pianos, el cine las traiciones los enigmas; mi padre, las cerveza las pastillas; los misterios el whisky malo, los óleos el amor, los escenarios... El hambre el frío el crimen el dinero y mis diez tías, me hicieron este hombre enreverado.

Igual no tiene caso añadir que creo que aparece en un disco bastante medianón del argentino (aunque una canción como esta fácimente salva a un álbum), ya que quienquiera que cante una canción así merece mi respeto y admiración eternas. Si algún día conozco al señor, le voy a dar un abrazo.

Aimee Mann - Nobody does it better (Shaken & stirren, 1997)

Ni por asomo un clásico, pero sí una curiosidad más que gratificante. Es un cover del tema de James Bond (de The spy who loved me, con Roger Moore) quizá el más reconocido de todos (ahí con Live and let die de Paul McCartney), interpretado originalmente por Carly Simon. Uf. Aparece en el disco Shaken & stirren como parte de la compilación de covers de los temas de James Bond, del que también destacan We have all the time in the world interpretada por Iggy Pop, o Thunderball por Martin Fry y All time high por Pulp. En fin, la versión de Aimee Mann (mucho menos empalagosa que la original) es muy efectiva, con muy buenos arreglos y es, en general, de una producción redonda. Y es que la melodía se presta para una voz como la de Mann, dulce y hasta tierna, pero sin caer en lo cursi de una letra tan melosa.

Aterciopelados - Transparente (Gozo poderoso, 2001)

Uuuuuy, mi affaire con Aterciopelados va muy para atrás... Recuerdo hace como ¿diez? años que compré un casette pirata de La pipa de la paz en un sobreruedas y de ahí quedé prensado. Cual tiernos infantes los he visto crecer y mejorar exponencialmente con cada disco (aunque por motivos sentimentales, me sigo quedando con La pipa de la paz). De hecho ya toca nuevo, que el de Andrea Echeverri por su cuenta casi no me gustó (a excepción de la chingonería que es A eme o). Pero bien, Transparente es extraída de su último disco propiamente, Gozo poderoso, que, sin el encanto de los previos, es donde como grupo (o dúo, lo que sea) alcanzan el mejor balance entre las instrumentaciones electronicosas con el "misticismo esotérico jipioso" de las letras. Es decir, no es tan parco o crudo como La pipa... (en lo que cabe) ni tan mmmmm... "programado" o minimalista como Caribe atómico.

Espero que eso último no se malentienda...

El punto es que Transparente es de esas canciones tan, pero tan buena onda, que es muy difícil de resistir. No me atrevería a llamarla simplona, aunque se acerca (que no me remuerda la conciencia, soy fiel al dictado de la decencia...), pero el chiste es la manera como Andrea (así le decimos los cuates) la vende por completo. De hecho, no conozco otra vocalista que pueda hacer creíbles (y a menudo conmovedoras) este tipo de canciones. Claro, tener a alguien como Héctor Buitrago ayuda (y mucho), pero de verdad, qué feeling el de Andrea.


Danny Elfman - What's this? (Nightmare before Christmas, 1993)

En mi libro, esta es, con toda certeza, Un Clásico® en toda la extensión del término. Más allá de la manera en que Disney ha prostituido la creación de Tim Burton (no porque lo condene; la ha convertido en un icono cultural de nuestro tiempo), trece años después la película sigue siendo tan abrumadora como impresionante. Y ni hablar de la música. Hace mucho tiempo (quizá trece años, corríjanme si me equivoco) que Danny Elfman no hace música tan buena. Lo de Oingo Boingo era genial, y los scores de Elfman en las primeras películas de Burton no son nada menos que majestuosos, pero como que ha venido a menos. Aunque conserva algunos de los ganchos que han hecho del "sonido Elfman" casi una patente, opino que cada vez es más genérico. Quizá esa sea mi apreciación por tantos fusiles, pero es innegable que no es lo mismo que antes. Además extraño oírlo cantar. Entonces, recordémoslo aquí en toda su gloria y magnificencia.

Sinead O'Connor - Nothing compares 2 u (I do not want what I haven't got, 1990)
Pocas cosas como ese primer plano del rostro de Sinead O' Connor cantando, con todo el sentimiento del mundo, esta canción (que me vengo enterando es original de Prince). Es, en mi libro, LA canción cortavenas por excelencia. La verdad me da pena como, incluso en un hombresote como yo, esta canción pone la piel de gallina y un nudo en la garganta. Argh. Sin comentarios.

Soggy bottom boys - I am a man of constant sorrow (O brother, where art thou, 2000)

Para no ser redundante, remito a mi espeluznantemente genial post sobre la película.

Queen - Bohemian rhapsody (A night at the opera, 1975)

Hombre, qué cliché. Pero no se puede ir por la vida avergozándonos de nuestros gustos sólo porque ya están muy quemados. Pero qué puedo decir yo que no haya dicho Wiki_edia (diez puntos al que le atine a la referencia) mucho mejor y mucho más minuciosamente. Aparte de la importancia o no que pueda tener en la constitución del rock como lo conocemos hoy, y de las interpretaciones que puedan hacerse de la letra, lo chingón es la manera en que termina siendo imposible evitar cantarla a voz de pecho (TODOS hemos hecho lo de Wayne's world, no tiene caso negarlo). Pero como sea, es un rimbombante e irrepetible pedacito de historia musical que no se puede pasar por alto.

Uyuyuyuy, acabo de escuchar el coversote que los Flaming lips tienen de esto. En. La. Madre. En youtube hay otra versión (en vivo), pero resulta que aparece en un disco llamado Killer queen: a tribute to Queen donde también tocan Jon Brion, Los lobos, Sum 41 (?) y otros. Órale.

Tindersticks - Dying slowly (Can our love..., 2001)

Nunca había visto este video pero es buenísimo. Exactamente como me imaginaría a un personaje de canción de los Tindersticks. Y pues sí, muriendo lentamente.

He visto todo y todo está hecho, he estado con todos y con nadie...
Porque este morir despacio parece mejor que dispararme. Tan sólo estoy cansado, nena.


Cuánto dolor, cuánta desesperación, cuanta melancolía. Pinches Tindersticks, siempre acaban haciendo que algo me duela.

Pulp - This is hardcore (This is hardcore, 1997)

This is hardcore me hace sentir sucio. Evidentemente era la intención, entonces es sucio-chido. Claustrofóbica, grasosa, encerrada, y finalmente sí, orgásmica. Escucharla es prácticamente sentirla. Así como Heroin es la manifestación aural del viaje, esta es la de una noche de sudoroso y escatológico (pero elegante) coito. O bueno, una función de sudoroso y escatológico coito. Independientemente del rollo voyeur que le fascina a Jarvis (de película porno aquí), lo chingón es esa atmósfera sucia sucia sucia, muy evocatica y absolutamente sensorial. Posiblemente sea la mejor canción de Pulp en términos "técnicos" (en cuanto a instrumentación y arreglos). El video también es gran cosa, pero yo prefiero la canción sola y el video en mi cabeza.

You are hardcore, you make me hard

Los lobos - I wanna be like you (Stay awake, 1989)

Todos los que crecimos viendo una y otra vez El libro de la selva estamos eternamente enamorados de esta canción. Y en mi caso, más si la cantan Los lobos (¡Los Lobos!), que en su versión la hacen más...... sabrosa, digamos. De hecho, todo el disco que la contiene (interpretaciones de un montón de clásicos de Disney por gente como Tom Waits, Suzanne Vega y The replacements) es buenísimo; con sus predecibles altibajos, pero hay un par de versiones increíbles. Obvio, esta es una de ellas, porque qué manera de dar en el clavo.

miércoles, julio 19, 2006

martes, julio 18, 2006

Thumbsucker

Thumbsucker es una más de la serie de películas gabachas situadas en los suburbios que presenta a quienes los habitan como criaturas alienadas y distantes; con muchos pedos, pues. Este subsubsubgénero, que alcanzó su punto más alto con American beauty (o Donnie Darko). ya empieza a dar tremendos tumbos (ver la espantosa United States of Leland), cayendo en este "preciosismo" tan de moda (manifestado en su máxima expresión en Garden state) como a menudo condescendiente. Thumbsucker cuenta con música original de Tim DeLaughter, de Polyphonic Spree (acá el "video" de la canción de la película, Move away and shine) , que de entrada le cuelgan la etiqueta hipster y bonita y afectada.

Si bien Thumbsucker no se salva del energetizante momento de redención final, sí recorre un buen camino para llegar a él. Yo diría que apenitas la libra.

Thumbsucker habla de sí, un adolescente que se chupa el dedo, narra por todo lo que pasa para librarse de su adicción, pero a grandes rasgos habla de sentirse inadaptado (la sensación de no pertenecer o encajar etc. etc.), de la dinámica familiar y escolar gabacha, y finalmente de crecer. No exactamente el hilo negro, pero Thumbsucker tiene la suficiente inteligencia y encanto para disfrutarse por sus propios méritos sin catalogarla meramente como un fusil. Jamás condesciende a sus personajes ni los juzga ni pretende descifrarlos, sólo los presenta con sus potenciales virtudes y defectos.


Pero con todo, lo mejor de la película son las actuaciones, sobre todo la principal de Lou Pucci, un muchacho que fue elegido entre más de 100 actores con los que se reunió Mike Mills, director y guionista. Además de fácil en el ojo (easy on the eye, pues), Pucci puede trasmitir con una mirada lo que muchos batallarían en mostrar con una línea, creando automáticamente empatía; cae bien, pues. Además parece un Guy Pearce adolescente, lo cual en mi libro nunca está mal. En fin, creo que ya está claro que me gustó el tipo. Del resto del reparto (¡y qué reparto!) resaltan la chingonsísima Tilda Swinton y Vincent D'Onofrio, como los padres del titular Justin, y hasta el payasito Vince Vaughn, que me hace recordar al Vaughn de Swingers, donde su gracia era mucho menos forzada. Mención aparte Keanu Reeves (a quien yo siempre he defendido, debo admitir), quien aprovecha para llevársela con calma y reirse mucho de sí mismo en su papel de dentista gurú psicoesotérico.

Whoa!

Pero sí, al final de cuentas el tratamiento puede considerarse algo rebuscado, y la película, que empieza muy bien, se va desinflando gradualmente y para llegar a una conclusión que yo sentí medio gratuita, pero a fin de cuentas efectiva. La verdad, si te pones muy mamón sí le puedes encontrar varias broncas a la película, pero lo entretenida y divertida y colorida no se le puede negar.

5x2

Cinco por dos es el nombre de esta película francesa de Francois Ozon, director del misterio de Agatha Christie hecho musical, 8 mujeres, y el ¿thriller? Swimming pool. Pero vamos por partes. 5 X 2 es precisamente eso, la historia, dividida en 5 carretes, de 2 personas. Como su coterránea Irreversible, cuenta con una narrativa invertida (va para atrás, pues), y tiene como elemento pivotal al sexo (con resultados mucho menos sórdidos que los de Gaspar Noe, debo aclarar).

Bien, estos cinco carretes (que en realidad son cinco secuencias) van develando los orígenes de una relación que de inicio se nos presenta como terminada (la peli empieza con la pareja firmando el divorcio y su encuentro posterior), y fríamente va mostrando cómo llegó hasta donde llegó. Lo mejor de la película es su ambigüedad y su desinterés en asignar responsabilidades o dar explicaciones fáciles, sino presenta los acontecimientos como son, sin mayores tapujos, dejando más bien abierta una gama de preguntas sobre qué nos impulsa a que actuemos como actuamos, y si la compulsión afectiva propia del ser humano está condenada a recompensar con decepción.

Uff.

La película no es larga, pero sí se toma su tiempo (digo, son secuencias de veinte minutos, para algunos serán más largas que para otros). Ozon no tiene prisa; muestra justo lo que quiere mostrar y debería resultar suficiente. De repente se detiene a observar ciertas imágenes, y de lo insistente de su mirada, obliga a prestar atención a detalles sutiles como miradas o expresiones que tácitamente revelan aspectos sobre los personajes. Ahí la importancia de las actuaciones de Stéphane Freiss y sobre todo Valeria Bruni-Tedeschi, que llena cada cuadro que la contiene de calidez y la cercanía que Ozon elude en su retrato. La vulnerable presencia escénica de la actriz (que aparecerá en la siguiente película de Ozon, Les temps qui reste) contrasta con el endurecido Gilles en su relación condenada.

El recurso de la narrativa inversa funciona pero no con la contundencia de la citada Irreversible, y por momentos parece más un truco que otra cosa, pero la película cuenta con un par de momentos definitivos donde el recurso se convierte en parte fundamental del "entendimiento" que el espectador pueda tener de la relación. Los elementos que en una narrativa "normal" podrían pasar desapercibidos, aquí destacan por que de entrada estamos prestando atención a los porqués de una resolución que ya conocemos. Pero no pasa de ahí.

Sin embargo, la frialdad intrusiva de Ozon (característica -podría decir- del prototípico cine francés "de autor") se hace más reveladora en los momentos más íntimos de la pareja (como en la escalofriante segunda escena), evitando conclusiones ligadas a una dinámica de causa y efecto; inteligentemente, Ozon prefiere dejar abierta la puerta, presentando un retrato frío y calculador, no muy lejano a la perspectiva fatalista de alguien como Bergman en Secretos de un matrimonio, pero también con un final hasta cierto punto optimista, o al menos resignado. Se trata de una película no cruda, sólo brutalmente franca.

lunes, julio 17, 2006

O brother, where art thou?

La primera vez que vi O brother, where art thou? me costó trabajo saber qué opinar sobre ella; quizá no era lo que me esperaba, no terminé de captar el humor, y en general me pareció más extraña que disfrutable. Pero, como TODAS las películas de los Coen, mejora exponencialmente cada vez que uno la ve. No sé si sea porque le vas agarrando al humor de los tipos, o porque puedes poner mayor atención a los detalles, pero es algo común (y muy comentado) sobre la filmografía de los Coen.

Hoy no puedo evitar enamorarme cada vez más de ella. Hace unos días la volví a ver y es increíble cómo sus imágenes quedan grabadas en la mente. Pinches Coen, si en algo son buenos es recreando periodos, sobre todo estadounidenses de la primera mitad del siglo (ver Millers crossing, Barton Fink o The Hudsuckers proxy). Por eso una adaptación de La Odisea de Homero situada en Mississippi durante la Gran Depresión suena a un sueño húmedo para cualquier persona que la vaya ver con el mínimo conocimiento de causa. Y los Coen lo explotan plenamente, en buena medida gracias a su fotógrafo de cabecera, Roger Deakins, que retrata un sur épico, fantástico, que se alinea a la perfección a la historia de aventuras que los Coen relatan.

Pero adicionalmente a lo que se da por hecho de una película de los Coen, O brother tiene un valor agregado: la música. Dios mío, la música. El soundtrack, que se convirtió en un inusitado éxito (¡de ventas!), es verdaderamente delicioso. Producido por T. Bone Burnett (que por cierto es para alegrarse cuando un productor como Burnett recibe el reconocimiento que se merece por un trabajo como éste) compila una serie de canciones viejas interpretadas por artistas con cierto reconocimiento (canciones tradicionales gabachas como You are my sunshine o The big rock candy mountain interpretadas por Emmylou Harris o Alisson Krauss y otros más antiguos), y un par de canciones de la época desenterradas por Burnett y su equipo (uf), como el caso de Po Lazuras, una grabación hecha por accidente de reclusos de una prisión cantando (la historia completa por acá). Además, la música juega un papel muy importante en el argumento (o la adaptación), tomando en cuenta a los Soggy bottom boys, el grupo de los tres personajes principales y el personaje de Tommy Jonson, basado en la leyenda del guitarrista del mismo nombre que según vende el alma al diablo en una intersección a cambio de su talento. Este grupo (conformado realmente por los ex miembros del grupo country Union station), tras el éxito del soundtrack, embarcó en una gira de conciertos interpretando las canciones de O brother…Y es que de entrada, lo de Man of constant sorrow es absolutamente genial. Pero en fin, lo que quiero resaltar es la importancia que finalmente asume la música en este sur rural estadounidense imaginado por los Coen.


Retomando lo de la Odisea, aunque admito no haber leído la epopeya de Homero (al igual que los Coen, por lo que he escuchado), cualquiera con una noción vaga de la historia puede reconocer ciertos elementos muy bien logrados (las sirenas o el Cíclope), pero la atención al detalle de los Coen resulta verdaderamente fascinante. No tiene caso (y evidentemente no podría) hacer un listado de todas los elementos de la Odisea presentes en O brother… (para eso tenemos Wikipedia), ni de todas las alusiones a películas, música, literatura o en general al folclor gabacho (para eso tenemos imdb), pero si te clavas resulta muy interesante. Pero lo mejor de la película es sin duda que aun conociendo muy poco de todo lo que la rodea, sigue resultando muy disfrutable por sí misma, como película.


Ya mencioné la memorable fotografía (que por sí sola es motivo de ver la película), pero también quiero hablar de las actuaciones. George Clooney es toda una revelación. Quizá seis años después ya sea normal verlo en papeles cómicos, pero no cabe duda que O bother fue el primer indicio de lo que este hombre podía hacer (aunque no ha vuelto a hacerlo tan bien, debo admitir). Lo de su fijación con su “tratamiento capilar” Dapper Dan es buenísimo. Pero en general, las actuaciones son redondísimas; personajes que fácilmente podrían ser irritantes adquieren más fuerza gracias a John Turturro y Tim Blake Nelson, y los de papeles pequeños (John Goodman, Holly Hunter, Jon Polito, etc. etc. etc.) también encajan perfecto con la óptica de la película, que no crea tanto personajes como caricaturas o estereotipos (gritones y que hablan rápido). Evidentemente, los Coen se fueron por la segura y consiguieron (casi) puros actores de su club (con la notable excepción de Clooney), y las referencias mencionadas arriba incluyen alusiones a interpretaciones de esos mismos actores en otras pelis de los Coen (revisar imdb de nuevo). Demasiadas cosas, definitivamente.

En realidad no sé qué tanto puedo decir sin
repetirme demasiado. Posiblemente mi fascinación con la película exceda sus cualidades reales (un ojo más objetivo me podría desmentir), pero cuando se le agarra el sabor al humor de estos tipos, no hay marcha atrás. Se puede decir que a pesar del minucioso trabajo en la producción los capítulos de la aventura de Odisea de repente parecen meros sketches cómicos aquí, lo que hace a la película sólo una curiosidad para algunos, y hasta yo puedo admitir que se trata de una de las películas menos buenas de los Coen (lo cual en realidad no significa nada, pero sigo prefiriendo Miller´s crossing y Fargo y Big Lebowski etc…), pero indiscutiblemente tiene mucho que admirársele (formalmente), y mucho encanto y personalidad. Y la música. Dios mío, la música.


sábado, julio 15, 2006

pssss, pinche blogger

Justo cuando había terminado mi (espectacular) post, pinche blogger (¿o mozilla? ya ni sé...) se piratea y me borra todo menos el párrafo inicial. Horas y horas de sesuda reflexión tiradas a la basura (porque ya no me acuerdo de nada). En fin, en cuanto tenga tiempo vuelvo a escribir alguna de las miles de cosas que dejé pendientes...

Por lo pronto, rutilante technicolor jocosamente presenta (ejem... vía enchílame.com)... ¡La carretera más peligrosa del mundo! Quesque está en Bolivia.

También, para que vean cuánto trabajo, un niño chistoso, un robot solucionador del cubo de Rubik, el chistosísimo post de Huevo sobre la poesía rabona de Ricardo Arjona, una apreciación de Syd Barrett (vía Pitchfork), lo que verdaderamente pasó entre Zidane y Materazzi (lo siento muchísimo, no me pude resistir), y, como tuve chance de ver la primera de nuevo ayer, el trailer de Clerks 2, que se me antoja sobremanera (¡sale Rosario Dawson!).

Sale, tengo trabajo.

martes, julio 11, 2006

shine on you crazy diamond

i did it... maaaaaaaaai way


Imagino que ya no es novedad mostrar los ¿docenas? ¿cientos? de gifs de Zidane cabeceando a Materazzi porque, parafraseando a Bar deportes (de donde robé los links), ya deben estar hasta en la página del Vaticano. Este es mi favorito, por cierto.

Si bien lo de Zidane fue una pendejada para sus fines inmediatos (dejar -conscientemente- cojo al equipo cuando más lo necesitaba, hasta para tirar un penalti), a mí me emociona ver a un jugador con los suficientes cojones para partirle su madre a un italiano en la Gran Final Del Mundial nomás porque sí. Digo, en un Mundial tan sedado y sistematizado donde todos los equipos jugaron apostándole al buen funcionamiento defensivo, ver ese destello de espontaneidad fuera de libreto resulta, cuando menos, refrescante. Además, la acción del francés no hace más que confirmar la concepción de Zidane como un jugador con carácter y personalidad, de esos que tanto escasean actualmente.

Pero bien, irregular y todo, es una sensación incomparable sumergirse durante un cortísimo mes en esta parafernalia referente a todo lo futbolero, disfrutar de (algunos) buenos y (muchos) malos partidos siempre con las tripas en la garganta por el nerviosismo y la tensión que solo un Mundial brinda. No han pasado ni dos días completos que terminó y ya lo extraño (chale, ya no tengo motivos suficientemente convincentes para levantarme antes de las 2:00 pm). Nomás faltan tres años y once meses.

sábado, julio 08, 2006

danimix #6-10 (ii)

Hedwig and the angry inch - Wig in a box (Hedwig and the angry inch, 2001)


Mierda, ¿por dónde empezar? Hedwig es mi película favorita. Si no la conoces, es un musical-rock-transgénero y es la cosa más chingona jamás impresa en celuloide. Esta es la canción que más justamente representa a la película, y está muy por encima de cualquier cosa que pudiera yo decir sobre ella. Mejor ve la secuencia de la canción una vez más, y si no has visto la película, no camines, corre a conseguirla ya ya ya.

Babasónicos - Antonio Fargas (Vórtice marxista, 2000)

Para nadie es secreto cuanto rifan los Babasónicos. En mi lista, están ahí arribita con Café tacuba
como las máximas deidades del rock hispano. Igual y hasta un poco más arriba por pura
regularidad (un disco puntualmente cada dos años y qué clase de disco). Adicionalmente, tienen un extenso repertorio de discos inconseguibles o de remixes (bueno, lo de inconseguible ya es relativo, gracias a la babasonicomanía que barre Latinoamérica). Como sea, Antonio Fargas entra en la categoría de canciones babasónicas homenaje a ciertos iconos pop; Antonio Fargas es el actor que interpretaba a Huggy Bear en Starsky and Hutch, personaje recientemente interpretado por Snoop Dog en la adaptación fílmica de dicha serie.

A diferencia de la sátira medio ramplona de la película, la canción se suscribe al humor involuntario-voluntario de la serie, o del género televisivo policial de los setenta, de cierto modo reverenciando a sus protagonistas, un "motivo" recurrido en más de una ocasión por los Babasónicos (el homenaje a ciertos productos culturales de los setenta predominantemente) hace varios discos atrás. En oposición a la pulcra producción de los discos más recientes del grupo, la producción seca y parca de la canción remite a unos Babasónicos ya hasta cierto punto lejanos, los de canciones lúdicamente "rockeras". No digo que ya se lo tomen muy en serio, pero no veo otra Viva Satana! a la vista.

Suede - The wild ones (Dog man star, 1994)


Esta es una de esas canciones que me remiten a un momento exacto en la vida, lo que las hace especiales por un algo más allá de la canción en sí. En mi caso, recuerdo haberla traido atorada en la cabeza estando en unas bellísimas cascadas de Veracruz. Pero en fin, creo que es una de las canciones de Suede que mejor le acomoda la presencia glamourosa y afectada de Brett Anderson (estilo que luego vendría a perfeccionar Divine Comedy), donde muestra su gran rango vocal y su capacidad para melodías dramáticas sin caer en excesos (apenitas, pero no cae). Dale una oportunidad, no seas prejuicioso.


Tindersticks - Tiny tears (Tindersticks, 1995)


Otra canción cortavenas para el adolescente tardío en mí. Es por mucho mi favorita de los Tindersticks, una de sus composiciones más efectivas por su inmediata resonancia dramática, con su coro irresistiblemente autoflagelado que debe mucho a gente como Leonard Cohen o el mismo Tom Waits. La musicalización trágica es perfecta, y ni hablar de la verdaderamente exquisita (chale) vocalización de Stuart Staples; parece que en cualquier momento rompe en llanto. Qué feeling, chingado. Verdaderamente devastadora.

Mastretta con Julieta Venegas - Luna de miel (Luna de miel, 2000)

¿De verdad será un serrucho? El geniecillo multinstrumentalista español en una de sus mejores colaboraciones (que son muchas y muy buenas), aquí con cierto ya se apropió la cabrona). Creo queJulieta Venegas (canción que por es de cuando eran pareja, y qué buena mancuerna hacen (¿hacían?), también en la canción que titula su espectacular disco Música de automóvil. ¿Pero cómo describir la música de Mastretta? ¿Autóctona? No sé, lo cierto es que es -por mucho- uno de los mejores músicos de habla hispana (porque técnicamente no hace música en español más que en espíritu) trabajando actualmente. La letra (que no sé de quién es) es perfecta, juguetona, sexosa, mostrando una faceta de Venegas que no se le ve a menudo y, por los resultados, le podría favorecer más que las cancioncitas noñas que hoy (muy exitosamente) la caracterizan.

Leonard Cohen - So long, Marianne (The songs of Leonard Cohen, 1968)

Nunca entendí ese mote mamón del "padrino de la penumbra" ("godfather of gloom") para un tipo que hace canciones verdaderamente gozosas y optimistas, dentro de la melancolía, seguro, pero puede presumir una obra verdaderamente esperanzadora. Es cierto, suelen ser de desamor y de frustración y decepción y dolor, pero poseen una belleza y vitalidad incomparable.
So long, Marianne, de su primer disco y en su etapa más folky, es una de sus canciones (como Suzanne) sobre su relación (porque siempre son dolorosamente personales) con las mujeres.

A don Leo tardé un rato en agarrarle. Si te clavas de entrada en su primer disco, parecería un acto folk más, igual con un poco más de sentimiento, pero sin pasar de ahí. Pero prestando atención detallada a sus letras, es evidente que tiene "un algo" que lo caracteriza y diferencia de sus contemporáneos. Independientemente que con el paso del tiempo haya mutado en varias encarnaciones (musicalmente, al menos), su guitarrero primer disco es espectacular. Sin ser vocalista nato, Cohen es quien es en buena medida por lo cálido y genuino de sus interpretaciones de letras dolorosas y solitarias y melancólicas (que no tristes), de manera convincente; creyéndosela, pues.

Por cierto, John Cale y Suzanne Vega le hicieron un gran, gran cover.

Ya en el tema y para engranados, acá tienen una entrevista con el señor realizada hace un par de meses, en la que habla de su reclusión en un convento zen y de la demanda con su ex representante que lo despojó de una buena parte de sus fondos para el retiro, entre otras cosas. Es una delicia escucharlo hablar.

Porno for pyros - Pets (Porno for pyros, 1994)

Clasicazo, clasicazo. A veces pienso que Porno for pyros me gusta más que Jane's addiction, pero luego recapacito. Quizá no más, pero casi al nivel. Y es que de escuchar a Juana y su adicción me cuesta trabajo que el (o partes del) grupo se reformara en un ente como Porno for Pyros, cuyo primer sencillo es Pets, una rolita parsimoniosa, candenciosa; sabrosa pues. Sabrosa musicalmente y por cínica y agresiva (como Jane's addiction). Sin dejar de gritar. Y sin Dave Navarro.

Joaquín Sabina con Manú Chao - No sopor..., no sopor... (Yo, mi, me, contigo, 1996)
Hace algunos años sí comulgaba plenamente con lo de no soportar al rap, lo cual, junto con Manú Chao, me ayudó a acercarme a UNA canción de Joaquín Sabina. No sé que animadversión le tengo al español, pero a pesar que me cae muy bien no consigo prestarle atención a su música. Igual no lo he oído detenidamente. Pero esta es buenísima: se trata simplemente de la descripción del peor día del narrador (".. que me cojo tremendo pellizco en un huevo con el cierre nuevo de la cremallera"). Ja, dijo"un huevo". Y el final está pocamadre.

Beck - Sexx laws (Midnite vultures, 1999)

Todavía tengo sueños húmedos de aquel lejano concierto de Beck al que tuve la oportunidad de ir. Fue soñado: un amigo se ganó el par boletos (el mismo día) y hasta nos tocó conocerlo. Bien raro eso de las promociones radiofónicas, al wey le tocó saludar de uno por uno a las ganadores, platicar un minutito con cada uno, y pasar al siguiente. Y lo peor es que esto sucedía mientras abría Cafe tacuba, a los que me estaba perdiendo. Como sea, en esa gira estaba presentando este disco precisamente, quizá mi favorito de Beck, arribita de Odelay y Sea change. Ojalá le vuelva a entrar la calentura colorida que mostró en Midnite vultures (canción por canción es uno de los discos más excitados que he oído), manifestada de manera evidente en su primer sencillo Sexx laws, un pastiche frenético y sí, caliente. Para más detalles, checar el célebre video, en el que sale un todavía-no-tan-famoso Jack Black.

Waco brothers - Big river (Cowboy in flames, 1997)

Mi cover favorito de una canción de Johnny Cash. Igual no es para todos, pero es difícil resistirse al country-punk de estos tipos. Uno de los temas más asociados con su autor, Waco brothers le inyecta vida propia, destacando todas las cualidades que de entrada posee la canción, pero como digo, dándole otra personalidad, más asociada con la imagen de Johnny Cash que quedó tras la mediatizada fase final de su carrera: desmadroso, violento y antistablishment. Muy recomendable.

REM & Andy Kaufman - This friendly world (Man on the moon, 1999)

Bueno, técnicamente es REM & Jim Carrey, pero así qué chiste. Es REM y Andy Kaufman; compruébenme lo contrario.

Prometo que será la última mención de Man on the moon y su soundtrack en mucho tiempo, pero es la canción que definitivamente contiene la esencia de la peli. Me rehúso a avergonzarme de cantarla en voz alta y prometo dejar de bajarle el volumen cuando la escucho en el carro.
Puntos extra a Michael Stipe por ser tan buen jugador de equipo.

Lou Reed - Walk on the wild side (Transformer, 1972)

Uf, qué puedo decir. Lou Reed siempre me rebasa. VIVO por esta canción (me la paso en el lado salvaje, verás...). Bueno, no VIVO, pero la amo inconteniblemente (todo el disco de hecho). Algún día voy a hacer ese video. Pero en fin, como no hay nada que pueda decir que le haga justicia, mejor un video (de no muy buena calidad) de Joe Strummer & the mescaleros tocando la canción.

Gomez - Tijuana lady (Bring it on, 1998)

Esta canción me la encontré de casualidad y desde ahí me enamoré de Gomez. Será un amor sereno -no me matan pero los disfruto mucho- pero amor a fin de cuentas. Como sea es una curiosidad para los tijuanenses (o el tijuanense que todos traemos dentro), ya que es una perspectiva bastante ajena; ni la del sesudo análisis de los elementos socioplíticos que convergen en la frontera más transitada del mundo, ni la condescendiente que proclama a la ciudad como el epítome de la decadencia (que bueno, no está lejos). Acá son unos gabachos (o bueno, anglosajones) que ven a Tijuana como un lugar extraño, de paso, implicando esa percepción. Bueno, yo que sé. La letra habla de una "dama de Tijuana" que conoció en su paso por acá, pero igual puede ser una alegoría de "bajar a Tijuana a conseguir drogas". Como sea, una canción muy bonita, muy atmosférica, como de un estado de sueño.

Pulp - Mile end (Trainspotting, 1996)

Una de las canciones más inusuales de Pulp, es la imagen del lugar más mierdas inimaginable. El narrador describe un sitio al que llega(n) a vivir después de quedar desalojados (asumo). Un departamento en el piso quince, "que olía como si alguien hubiera muerto, la sala llena de moscas..." y así... Al final se pone mucho más sordido el asunto, y queda muy ad hoc con la película en la que aparece, en realidad. Es de esas canciones (en mi caso) a las que no se le pone mucha atención hasta después de varias oídas, pero cuando se le agarra el chiste no se puede dejar de escuchar.

I guess you have to go right down before you understand just how, how low,
how low a human being can go... uuuuu it's a mess alright, it's miiiiiiiile end...

Café tacuba - Como te extraño mi amor (Avalancha de éxitos, 1996)

Hace ya diez añs de Avalancha de éxitos. Cómo pasa el tiempo. Café tacuba fue con el grupo que perdí mi virginidad musical gracias a un primo y lo recuerdo como si fuera ayer. Acababa de salir este disco, del cual (junto con Re) recuerdo con nostalgia escuchar cada canción sin ningún prejuicio y sorprendiéndome por encontrar algo nuevo en cada tema. Fue descubrir un mundo de posibilidades.

Por la gran cantidad de emociones que despierta en mí Cafe tacuba me cuesta trabajo elegir discos o canciones favoritas, pero si me obligan a decidir, como canción elijo a esta. Es lo más cursi del mundo (considerando otras de Cafe tacuba) pero dieron en el clavo perfectamente con Como te extraño...; verdaderamente la inmortalizan. A Cafe Tacuba siempre le han salido bien las canciones con mucho sentimiento (El baile y el salón, María, hasta Eres), pero Como te extraño... verdaderamente trasciende su contexto; quiero decir, es de esas canciones que quedan archivadas en el inconsciente colectivo no por quién las interpreta, sino por lo buena que es por sí sola. Y sin perder "eso" distintivamente cafetacuboso.
Resultaría engorroso tener que elegir una mejor canción de Cafe tacuba, pero podría decir que Como te extraño mi amor es la más efectiva.

Bjork - New world (Selmasongs, 2000)

Uf, otra para ponerse a llorar. Ni hablar, la canción más emotiva de ese putazo emocional llamado Dancer in the dark. Porque aunque las canciones de dicha película en orden cronológico vayan pasando de joviales a aprehensivas y de aprehensivas a verdaderamente trágicas, cuando Selma la canta en el templete y posteriormente cuando la pantalla se va a negros e inicia la versión completa, es indescriptible el hueco en el estómago y el nudo en la garganta. O igual yo soy muy llorón.
Pinche Lars von Trier, me cae que nomás hizo como hizo la película para reírse de lo fácil que es controlar nuestras emociones y demostrar lo endebles que somos. Nomás por chingar. Pero no se podía esperar algo menos que devastador de tal parejita (von Trier y Bjork). Si Klaus Kinski hubiera estado vivo habría hecho el personaje del policía (David Morse) para completar la trifecta de genios desquiciados y hubiera sido per-fec-to. Alguno no hubiera salido vivo del set.

(Creo que ya estoy cansado)