
El chiste de la película es la manera que juega con las reglas del género para terminar siendo una consumada película de género que se burla de sí misma y de su estilo. Una pretensión más que evidente, ya que su protagonista es el narrador y le habla al espectador directamente, en segunda persona, en repetidas ocasiones. Incluso, desde ahí recoge las convenciones de género que retoma como tal, pero con una frescura que podría hacer pensar que nunca se habían realizado antes.
Este narrador y personaje central, Harry Lockhart interpretado de la manera más cool (insisto) por Robert Downey Jr. es el eterno perdedor adorable con mala suerte y con una labia impresionante. Su contraparte es "Gay Perry" (jojojo) (Val Kilmer perfecto), un durísimo (jojojo de nuevo) detective privado homosexual, y juntos deben resolver dos misterios que se convierten en uno para resolver el caso, a lo largo del cual ocurren muchos, muchos asesinatos, ejecuciones accidentales, conspiraciones, persecuciones, sexo, identidades falsas, dedos cercenados, homoeroticismo, y todo lo que nos podemos esperar de una película así.
De entrada la película deja claras sus intenciones meta (uyuyuy) con las menciones de las historietas pulp por parte de los personajes, asumiéndolas como ficción pero tácitamente convencidos que a partir de ellas están creando su historia, lo cual pone al espectador en una posición muy cómoda, ya que está consciente de este doble discurso y sabe qué esperar de la película, que incidentemente no decepciona.
"Why in pluperfect hell did you pee on the corpse?"
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Cualquier película que logre que una línea semejante encaje en su argumento merece mi admiración. Pero además, las interpretaciones de Downey y Kilmer son exactas, sobre todo en la entrega de estos chistes y en la química de su interacción. Cuando un guión está escrito de una manera tan ágil y filosa (a la David Mamet, pues), sin los actores apropiados se viene para abajo (pregúntenle a Mamet). Pero los dos (no puedo destacar a uno sobre el otro) son increíbles, y terminan dando de esas actuaciones que son dignas de muchísimo reconocimiento pero que
usualmente no lo reciben. Inclusive la casi famosa Michelle Monaghan es muy buena en un personaje más como de accesorio, pero con un peso específico muy importante y sí, también muy rápida y eficiente en su timing cómico.
La película es la primera que dirige Shane Black, guionista de clásicos (ejem) como Arma Letal, Last action hero (con Ah-nuld), y The last boy scout. Digo, de entrada no suena muy atractivo, pero Black demuestra una intuición muy buena (que a mi me recuerda a Guy Ritchie en sus buenos días) para fusionar la comedia y la acción en un producto final muy estilizado y pulcro. Hasta me dieron ganas de ver Alma letal. Pero bueno, si a este hombre le debemos el "subgénero" de las "buddy cop movies" (o más bien, el sketch alargado en filme que muestra flagrantemente la falta de ideas de Hollywood), me da gusto ver que él mismo le puede dar un giro tan refrescante y sí, cool. Muy, muy cool.
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