lunes, marzo 26, 2007

reseñitas: 2 de (ejem) 3

Lady Vengeance (Chan Wook-Park, 2005)


Chan Wook-Park completa su trilogía sobre la venganza y la termina en una nota alta: muy emocional y visualmente rica, pero, al igual que Oldboy (no he visto Sympathy for Lady Vengeance), lo estilizado abruma a la sustancia y cuesta trabajo verla como más que eso, precisamente, un ejercicio de estilo. Quizá no estoy viendo el panorama completo, pero esa impresión me deja.

Friends with money (Nicole Holofcener, 2006)

Aunque aparente ser similar a esas comedias románticas burguesas de Nancy Meyers y similares (pornografía de bienes raíces, le llaman), Friends with money termina siendo un estudio bastante franco y sin tapujos de las relaciones adultas, la manera en que las amistades divergen y otros factores entran en juego. Sin romantizar, sin compadecerse y sin moralizar, dibuja un retrato agrio pero realista.

El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)


Visualmente espectacular y finalmente conmovedor, el nuevo cuento de hadas con conciencia social de Guillermo del Toro desarrolla ciertos temas planteados desde El espinazo del diablo (que incluso son elementos recurrentes en la filmografía de Del Toro), pero que, en oposición a ésta, en el Laberinto del fauno nunca cuajan del todo. Digo yo, creo que el paralelismo entre el mundo fantástico y el de la guerra civil nunca se entrelazan (o se reflejan) del todo, sino que caminan como historias diferentes con algunos puntos en común. Creo también que, a la larga, la sobreexposición y los elogios desmedidos que ha recibido (tanto la cinta como su director) no harán más que empañar sus (indudables) méritos cuando pase de moda.

Volver (Pedro Almodóvar, 2006)

Pero bueno, si nos vamos al otro lado del espectro, el de las películas menospreciadas, esta es un ejemplo relativamente representativo. Digo, no es que haya sido vilipendiada, pero creo que Volver es de lo mejor del año. Definitivamente menos espectacular y vistosa que Hable con ella o La mala educación, la fuerza de Volver se concentra en la atención al detalle, la calidez de la exploración femenina almodovariana (que ya es como una marca) y, por supuesto, la voluptuosa Penélope Cruz. Una película brillante, gentil y honesta.

Babel (Alejandro González Iñárritu, 2006)

Pues es cierto que la tendencia sadicota de Iñárritu y Arriaga nunca fue tan evidente y pesada como en Babel, a la que, si le añadimos lo forzadísimo de la convergencia de sus tres historias (¿el rifle? ¿en serio?), pues estamos con la peorcita de las trilogía Iñárritu/Arriaga. Calificada con el no tan desatinado mote “Crash globalizada” por las convenientes y simplonas coincidencias que avanzan la trama, a Babel la salva el instinto cinemático de Iñárritu (auxiliado por el infalible ojo de Prieto) que logra plasmar momentos verdaderamente memorables (a mí de verdad me gustó el clicheadísimo montaje de Tijuana a ritmo de Celso Piña) en el ejercicio favorito de Arriaga: tirar mierda a sus personajes mientras los observa con desprecio.

The new world (Terrence Malick, 2005)


Quizá tuvo que ver con el humor del momento, pero El nuevo mundo me dejó absolutamente frío. Estaba listo para amar esta película (estupefacientes y todo) pero de verdad no me hizo nada. A lo mucho sí me encontré sedado por su hipnótico –lentísimo- ritmo, y pude disfrutar la fotografía de Lubezki, pero ahí quedó. Nunca terminó de interesarme el personaje de Pocahontas y la película no dejó la menor marca en mí. De hecho, no me acuerdo de la mitad (igual fueron los estupefacientes). Una lástima, considerando la calidad (y mi reacción a) de La delgada línea roja, y que probablemente Mallick no haga otra película en unos diez años.

Tarnation (Jonathan Caouette, 2004)


Hacía mucho tiempo que una película no me impactaba como Tarnation. Creo que es una cinta que cualquiera con el mínimo interés en la concepción del cine moderno y las expectativas para el medio requiere ver. Tarnation es básicamente un relato muy personal (y cuando digo muy es MUY, no tienes idea) de un joven y su relación con su mamá. Lo destacable es que está constituida solamente por imágenes, grabaciones y fotos caseras que Jonathan Caouette (ahora sí, el autor de la película) recopila y presenta de manera espectacular para rendir una especie de sentidísimo homenaje-exploración de su madre, quien llevó una vida (por dejarlo leve) tortuosa. Es la primera película que conozco que deja de manifiesto su clara función como una especie de terapia o desahogo emocional de su creador. Absolutamente genial.

Borat: Cultural learnings of America for make benefit glorious nation of Kazahstan (larry Charles, 2006)


Me temo que ya no hay mucho que decir sobre Borat (¿el segundo mejor reportero del mundo? ¿de dónde salió eso?). Mis elevadísimas expectativas sobre la cinta se cumplieron con el resultado final, que quizá pierde efectividad después de verla por primera vez, pero eso no quita que se trate de un experimento cinematográfico avant-gard (cómo chingados no) alrededor de un actor verdaderamente privilegiado, cuyo trabajo trasciende el nivel de actuación y pasa a ser todo un performance. Y cuando el resultado es tan pero tan gratificante, la verdad no hay queja de mi parte.

The prestige (Cristopher Nolan, 2006)


Christopher Nolan no deja de sorprenderme. De verdad, creo que ningún otro director mainstream actualmente hace películas tan agradables, completas y satisfactorias como Nolan. Que para nada fáciles, aclaro. Con The prestige presenta una ridículamente emocionante e interesante historia, al mismo tiempo que hace un comentario (o una suerte de analogía) entre el cine y la magia (o el cine como ilusión, pues). Y es, similarmente a Memento, todo un acertijo que obliga al espectador a participar y elaborar conclusiones, sin dejar cabos sueltos, con excelentes actuaciones y maravillando al ojo, de paso. Por cierto, gloria a David Bowie (y a Christian Bale, qué chingados).

The matador (Richard Shepard, 2005)

Pues sí pero tantito. Digo, no está mal, pero en realidad muy buena tampoco. Greg Kinnear es verdaderamente infalible y Pierce Brosnan es bastante divertido jugando con el ineludible referente de James Bond que carga en todas sus películas (sobre todo si interpreta otro agente secreto). Pero sí, divertida, con un par de momentos memorables y una buena resolución, pero hasta ahí.

Hard candy (David Slade, 2006)


Finalmente Hard candy es una fábula, bastante divertida, por cierto, y bastante interesante en su puesta en escena. Los actores cargan impecablemente con la cinta (con la dificultad de un guión sólo a dos voces), que ciertamente mantiene al espectador a la expectativa hasta el último minuto (que no son muchos, afortunadamente). Creo que hasta cierto punto peca de moralista (aun como fábula), el personaje de Patrick Wilson me parece tan real como puede ser alguien en sus condiciones.

Casino Royale (Martin Campbell, 2006)


Además de Diamonds are forever (de la que ni me acuerdo), Casino royale es la primer película que veo. Honestamente, creo que ese ínfimo récord ha sido para mi beneficio, pero Casino royale me hizo repensar mi adversión prejuiciado hacia el agente 007. Por una parte, Casino royale cumple con creces con su propósito como película de acción, pero al mismo tiempo (y los aficionados de Bond lo confirmarán) hace un excelente trabajo como precuela o “antecedente” en el repertorio bondiano. Tiene sus problemas (es injustificadamente larga, para empezar), pero cumple con toda la pirotecnia de una película de acción (esa persecución inicial), y al mismo tiempo satisface como paso hacia adelante de un ícono pop.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ya era hora!!

ey te faltó hablar sobre The Fountain, que está buenísima, y The Science of Sleep, otro ensayo estilístico que si hubiera desarrollado a sus personajes, sería una chingonería.

daniel dijo...

Pos es que todavía no acabo, dame chance.