sábado, diciembre 16, 2006

regina

Pues sí, la verdad es que tengo muy abandonado este espacio pero son tantas las cosas que quisiera tener la voluntad de sentarme a escribir, que honestamente me abruma y no sé por dónde empezar. O algo así. Pero bueno, no puedo evitar compartir algo de mi nueva fascinación melómana, que ha hecho un disco que, a mi parecer, es de lo mejorcito del año y que ha pasado lamentablemente desapercibido o menospreciado por todos lados.



Se trata de la chidísima Regina Spektor, a la que es fácil describir como una cruza entre Tori Amos y Fiona Apple, en parte por su bizarro parecido físico, pero también un poco por la "sensibilidad pop'' que comparte sobre todo con la segunda. Pero bueno, evidentemente la comparación resulta igual de condescendiente cuando se escucha con atención la música de Spektor, que aunque efectivamente comparte algunos puntos con las anteriores cantantes, contiene cierto spunk y, llamémosle, honestidad en sus interpretaciones que la distinguen claramente.

Para empezar, su rendición vocal puede resultar irritante para muchos (no es mi caso, evidentemente), pero su carisma vocal es innegable, ya que se atreve a explotar su voz de una manera bastante inventiva y con suficiente aplomo que le da personalidad y fuerza a sus canciones. Pero de entrada, es una voz dulce, amanerada, sí (aunque a años luz de alguien como Joanna Newson, por ejemplo), pero muy trabajada, y de cierto modo volátil, podríamos llamarle.

Pero sí, mientras en su primer disco respaldado por una productora importante, Soviet Kitsch, echa mano de ciertos elementos orquestales y ciertamente pomposos (la asombrosa Us, que abre el post, es la mejor muestra), conserva cierta actitud minimal y sí, punk, si se me permite, trasladada a lo musical de manera vigorosa y ciertamente personal. El asunto idiosincrático (Regina es rusa) permea el álbum a manera de collage, y sin convertirse en un novelty act, transpira individualidad y una sensación de revleación personal, sin abrumar con una actitud "yoísta".

Con su más reciente disco, Begin to hope del año que termina, Spektor recurre en mayor medida a un trabajo rico en valores de producción y en orquestaciones bien construidas, sin caer jamás en la pomposidad, evidentemente con la intención de alcanzar un mayor público y prominencia en los medios. Pero mientas un artista menor podría perder legitimidad en tal pretensión, Spektor logra transmitir, en base a tonadas pegajosísimas y verdaderamente llegadoras, traspasar dicho obstáculo y demostrar que en un momento dado está lista para una proyección de mayor alcance. Y, aún más destacadamente, conserva ese sentir personal en sus letras y melodías, perfeccionando ese estilo de pop barroco ciertamente accesible, coqueteando al mismo tiempo con interpretaciones más desafiantes, que hacen del disco una experiencia verdaderamente gozosa.

Pero bueno, ya. Mejor la dejamos con una de las mejores canciones del mencionado último disco, Fidelity.



Y si te gusta, también está muy bueno el video de On the radio. Y si estás más meloso, ahí está Samson.

1 comentario:

Carlos Mal dijo...

No manches... me da miedo el hecho de que tengamos gustos tan parecidos. Yo también hice reseña de The proposition y he puesto mp3s de Regina Spektor en mi blog porque también pienso que es la ley. Tengo tu blog en RSS para ver qué otras coincidencias me siguen asustando entre nosotros.