
Hoy no puedo evitar enamorarme cada vez más de ella. Hace unos días la volví a ver y es increíble cómo sus imágenes quedan grabadas en la mente. Pinches Coen, si en algo son buenos es recreando periodos, sobre todo estadounidenses de la primera mitad del siglo (ver Millers crossing, Barton Fink o The Hudsuckers proxy). Por eso una adaptación de La Odisea de Homero situada en Mississippi durante la Gran Depresión suena a un sueño húmedo para cualquier persona que la vaya ver con el mínimo conocimiento de causa. Y los Coen lo explotan plenamente, en buena medida gracias a su fotógrafo de cabecera, Roger Deakins, que retrata un sur épico, fantástico, que se alinea a la perfección a la historia de aventuras que los Coen relatan.
Pero adicionalmente a lo que se da por hecho de una película de los Coen, O brother tiene un valor agregado: la música. Dios mío, la música. El soundtrack, que se convirtió en un inusitado éxito (¡de ventas!), es verdaderamente delicioso. Producido por T. Bone Burnett (que por cierto es para alegrarse cuando un productor como Burnett recibe el reconocimiento que se merece por un trabajo como éste) compila una serie de canciones viejas interpretadas por artistas con cierto reconocimiento (canciones tradicionales gabachas como You are my sunshine o The big rock candy mountain interpretadas por Emmylou Harris o Alisson Krauss y otros más antiguos), y un par de canciones de la época desenterradas por Burnett y su equipo (uf), como el caso de Po Lazuras, una grabación hecha por accidente de reclusos de una prisión cantando (la historia completa por acá). Además, la música juega un papel muy importante en el argumento (o la adaptación), tomando en cuenta a los Soggy bottom boys, el grupo de los tres personajes principales y el personaje de Tommy Jonson, basado en la leyenda del guitarrista del mismo nombre que según vende el alma al diablo en una intersección a cambio de su talento. Este grupo
(conformado realmente por los ex miembros del grupo country Union station), tras el éxito del soundtrack, embarcó en una gira de conciertos interpretando las canciones de O brother…Y es que de entrada, lo de Man of constant sorrow es absolutamente genial. Pero en fin, lo que quiero resaltar es la importancia que finalmente asume la música en este sur rural estadounidense imaginado por los Coen.
Retomando lo de la Odisea, aunque admito no haber leído la epopeya de Homero (al igual que los Coen, por lo que he escuchado), cualquiera con una noción vaga de la historia puede reconocer ciertos elementos muy bien logrados (las sirenas o el Cíclope), pero la atención al detalle de los Coen resulta verdaderamente fascinante. No tiene caso (y evidentemente no podría) hacer un listado de todas los elementos de la Odisea presentes en O brother… (para eso tenemos Wikipedia), ni de todas las alusiones a películas, música, literatura o en general al folclor gabacho (para eso tenemos imdb), pero si te clavas resulta muy interesante. Pero lo mejor de la película es sin duda que aun conociendo muy poco de todo lo que la rodea, sigue resultando muy disfrutable por sí misma, como película.
En realidad no sé qué tanto puedo decir sin
repetirme demasiado. Posiblemente mi fascinación con la película exceda sus cualidades reales (un ojo más objetivo me podría desmentir), pero cuando se le agarra el sabor al humor de estos tipos, no hay marcha atrás. Se puede decir que a pesar del minucioso trabajo en la producción los capítulos de la aventura de Odisea de repente parecen meros sketches cómicos aquí, lo que hace a la película sólo una curiosidad para algunos, y hasta yo puedo admitir que se trata de una de las películas menos buenas de los Coen (lo cual en realidad no significa nada, pero sigo prefiriendo Miller´s crossing y Fargo y Big Lebowski etc…), pero indiscutiblemente tiene mucho que admirársele (formalmente), y mucho encanto y personalidad. Y la música. Dios mío, la música.
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=DEb-bDHKWEI&mode=related&search=monthy%20python
Sergio el bloggero
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