martes, julio 18, 2006

Thumbsucker

Thumbsucker es una más de la serie de películas gabachas situadas en los suburbios que presenta a quienes los habitan como criaturas alienadas y distantes; con muchos pedos, pues. Este subsubsubgénero, que alcanzó su punto más alto con American beauty (o Donnie Darko). ya empieza a dar tremendos tumbos (ver la espantosa United States of Leland), cayendo en este "preciosismo" tan de moda (manifestado en su máxima expresión en Garden state) como a menudo condescendiente. Thumbsucker cuenta con música original de Tim DeLaughter, de Polyphonic Spree (acá el "video" de la canción de la película, Move away and shine) , que de entrada le cuelgan la etiqueta hipster y bonita y afectada.

Si bien Thumbsucker no se salva del energetizante momento de redención final, sí recorre un buen camino para llegar a él. Yo diría que apenitas la libra.

Thumbsucker habla de sí, un adolescente que se chupa el dedo, narra por todo lo que pasa para librarse de su adicción, pero a grandes rasgos habla de sentirse inadaptado (la sensación de no pertenecer o encajar etc. etc.), de la dinámica familiar y escolar gabacha, y finalmente de crecer. No exactamente el hilo negro, pero Thumbsucker tiene la suficiente inteligencia y encanto para disfrutarse por sus propios méritos sin catalogarla meramente como un fusil. Jamás condesciende a sus personajes ni los juzga ni pretende descifrarlos, sólo los presenta con sus potenciales virtudes y defectos.


Pero con todo, lo mejor de la película son las actuaciones, sobre todo la principal de Lou Pucci, un muchacho que fue elegido entre más de 100 actores con los que se reunió Mike Mills, director y guionista. Además de fácil en el ojo (easy on the eye, pues), Pucci puede trasmitir con una mirada lo que muchos batallarían en mostrar con una línea, creando automáticamente empatía; cae bien, pues. Además parece un Guy Pearce adolescente, lo cual en mi libro nunca está mal. En fin, creo que ya está claro que me gustó el tipo. Del resto del reparto (¡y qué reparto!) resaltan la chingonsísima Tilda Swinton y Vincent D'Onofrio, como los padres del titular Justin, y hasta el payasito Vince Vaughn, que me hace recordar al Vaughn de Swingers, donde su gracia era mucho menos forzada. Mención aparte Keanu Reeves (a quien yo siempre he defendido, debo admitir), quien aprovecha para llevársela con calma y reirse mucho de sí mismo en su papel de dentista gurú psicoesotérico.

Whoa!

Pero sí, al final de cuentas el tratamiento puede considerarse algo rebuscado, y la película, que empieza muy bien, se va desinflando gradualmente y para llegar a una conclusión que yo sentí medio gratuita, pero a fin de cuentas efectiva. La verdad, si te pones muy mamón sí le puedes encontrar varias broncas a la película, pero lo entretenida y divertida y colorida no se le puede negar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wey!!! " El administrador del blog ha eliminado esta entrada." que chingadera es esa?!?!?!